Siempre ha sido una creencia popular que el sueño que entra después de una comida copiosa está relacionado con la sangre se tiene que desplazar al estómago para realizar la digestión, dejando el resto del organismo con menos sangre, causando así la conocida modorra. Un estudio llevado a cabo por Denis Burdakov en 2006 demuestró que esto no es cierto. La verdadera razón del sueño que aparece después de las comidas radica en la presencia de glucosa en sangre. Vía Twitter:
twitter.com/Milhaud/statuses/8189026374