La semana pasada, el canal francés Méteo lanzaba una hipótesis que no parece del todo improbable: este será un año sin verano. El informe apunta que la combinación de un largo y tardío invierno, que ha dado lugar a un enfriamiento de los mares, y una actividad solar muy débil durante varios meses puede tener un efecto directo sobre el clima de nuestro verano. Algunos cálculos, consideran que este verano las temperaturas pueden caer una media de entre 1 y 3 grados en la Península Ibérica, con niveles de lluvia dos veces superiores al normal.
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