Un sorteo de viviendas protegidas en Getxo acabó ayer con el notario encargado de dar vueltas al bombo mirando atónito cómo 'volaban' las bolas y se desparramaban por el suelo. A 45 minutos del comienzo, y cuando llegaba el momento más emocionante -la tanda de los jóvenes-, algunos alentaron desde la grada a que el mecanismo girase más rápido: "¡Que se muevan las bolas!" El notario aplicó brío, pero el fallo de un mecanismo de seguridad provocó que las bolas saltaran por los aires. Algunas se perdieron y el alcalde decidió aplazar el sorteo.
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