La mujer trabajaba en la empresa Industria de Restauración Colectiva (IRCO) desde 2010 con categoría de ayudante administrativa y en septiembre 2014 se dio de baja con un cuadro de ansiedad ante las continuas exigencias de trabajo del acusado. Cinco meses después, el mismo día en que se iba a reincorporar, fue despedida; la empresa la readmitió tras la demanda de despido improcedente presentada en un juzgado de lo social de Córdoba. Fue relegada a un puesto de cocina indeterminado, con tareas variopintas...
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