El Tribunal Supremo ha condenado al agente de la Guardia Civil José Luis Rodríguez Fernández al pago de una multa de 4.320 euros y a la separación del servicio por un periodo de dos años y dos meses por haber advertido al menos en dos ocasiones a su vendedor de cocaína de las operaciones policiales de las que era objeto, entorpeciendo de esta forma su detención. La Sala de lo Penal del Supremo ha encontrado al agente culpable de un delito continuado de revelación de secretos.
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