Un ciudadano de origen chino, acuciado por las dificultades económicas, decidió quitarse la vida en Esplugues de Llobregat hace unos días. La comunidad china considera que la actitud del consistorio, que le aplicó un sinfín de dificultades que le obligaron a cerrar su restaurante en dos ocasiones, responde a un prejuicio racista. El fallecido llevaba un año preparando su negocio, un wok en el que había invertido casi un millón de euros y en el que había embarcado a toda su familia.
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