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El pasado 1 de mayo, un joven ingeniero italiano de 38 años se tiró desde un puente en Barcelona quitándose la vida. No se trató de un suicidio más; dejó una carta a su familia en la que afirmaba: “Mi gesto final es debido a un colapso en el trabajo. (...) Me siento apabullado, humillado, sin puntos de referencia”. Su caso ha sacado a relucir la posible existencia de acoso laboral en una agencia europea ubicada en Barcelona, Fusión for Energy (F4E).
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