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El suicidio como hábito fascista

Los viejos hábitos tardan en morir, cantaba Jagger. Uno de los hábitos más viejos, a qué negarlo, es el de vivir, y de ahí que César González-Ruano consignara en su Diario íntimo —ese cuya última entrada, previa a la luz del túnel de la expiración, decía: “El terror es blanco. La soledad es blanca”— que morir no es otra cosa que ir perdiendo la costumbre de vivir. ¿Cabe considerar la obstrucción del metro, el empacho de barbitúrico o el mordisco al frío cañón algo más que una manera drástica de combatir la rutina?

| etiquetas: suicidio , hábito , fascista , jorge bustos

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