A principios de la década de 1990, dos psicólogos de la Universidad de Michigan, Dov Cohen y Richard Nisbett, decidieron llevar a cabo un experimento sobre la cultura del honor. Para ello, nada mejor que reunir a un grupo de jóvenes e... insultarlos. El insulto que consideraron más eficaz para sus fines fue nada menos que «gilipollas»...
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