"Recuerdo perfectamente mi primer día en la Legión”, apunta Deborah. Tenía 18 años. “Leí Legionarios a luchar, legionarios a morir y le dije a mi padre que diese la vuelta, que ya había visto todo lo que tenía que ver, que me sacara de allí”. Hoy, 17 años después, es sargento en el Cuarto Tercio y pertenece a la Plana Mayor de Mando en Ronda. “Menos mal que no me fui —confiesa—, no sé qué sería mi vida sin la Legión”.
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