El humor de Monty Python traspasó fronteras por gracias, entre otras cosas, a las situaciones inverosímiles que presentaban en cada uno de sus gags. El último ejemplo que demuestra que las disparatadas historias de los Monty Python no estaban muy lejos de la realidad se ha producido hace apenas unos días en Uzbekistán..el himno nacional del país sonó en varias ocasiones como homenaje a quienes lucharon para acabar con el fascismo. En una de estas ocasiones se produjo un momento desternillante que ha dado la vuelta al mundo
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