En los juegos de suma cero muchas veces es necesario comportarse aleatoriamente para evitar que el adversario pueda predecir nuestro comportamiento. Ejemplos de ello los encontramos en los saques en tenis, los penaltis en el futbol o los faroles en el póker. La primera pregunta que nos debemos hacer es si estamos programados para comportarnos aleatoriamente. Para ello se han hecho diversos estudios en laboratorio con estudiantes.
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