Durante veinte años Soapy Smith había estafado, robado y amenazado. Había llegado a controlar los bajos fondos de ciudades enteras y su nombre había ido de “saloon” en “saloon”. Había sido el rey en Colorado, durante sus más gloriosos años como criminal. Pero aquel día, en los muelles de Skagway su carrera terminaba de un balazo. Era el final de uno de los más famosos delincuentes del Salvaje Oeste, el “rey de los timadores de la frontera”.
|
etiquetas: salvaje oeste , soapy