La acción sindical a lo largo de la historia ha consistido en ejercitar presión sobre unos agentes con nombres y apellidos, nítidamente identificados, presuntos culpables de los fallos de un sistema. Pero hoy nos hallamos en la era de la globalidad ubicua, la intangibilidad, la complejidad... y la invisibilidad. Los sindicatos pueden estar seguros de que la huelga más exitosa y más salvaje será incapaz de hacer llegar su voz y su ira al 'sancta santorum' difuso y virtual de los mercados. ¿Qué es entonces una huelga, y contra quién?
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