Hace dos meses, las risas flotaban en casa del pescador Dada mientras su hijo de cuatro años jugaba con sus dos primos menores en una famosa playa bañada por el sol de Madagascar. Semanas después, los tres niños habían muerto, víctimas del peor brote de sarampión en esta isla del océano Índico en décadas. Los casos de sarampión están aumentando en todo el mundo, incluso en países ricos como Estados Unidos y Alemania, donde algunos padres rechazan las vacunas que salvan vidas debido a falsas teorías que vinculan vacunas infantiles y autismo.
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