Alexander, un nuevo indigente de 38 años que duerme en casa de amigos o en la plaza de la Vila de Madrid, llegó hace 10 años a España huyendo de la crisis inmobiliaria rusa y ha terminado ahogado en la española. Duerma en casa de amigos o en la calle, Alexander siempre programa el despertador de su móvil a las ocho de la mañana. Usuario del correo electrónico, como sus compañeros rusos, Alexander ha sufrido varios robos de documentos, dinero y hasta tres móviles en pocas semanas. Sus cuentas las paga con la ayuda de amigos y conocidos.
|
etiquetas: indigentes , crisis , pobreza