A Rosa la bajaron a una celda especial. Allí la sentaron en una silla, le ataron las manos a la espalda y con la sonora frase "a las que vienen en primer grado como tú me las paso por el coño" empezó su pesadilla: diez minutos de golpes que se hicieron eternos. Todo ocurrió el 22 de septiembre del año pasado en la prisión madrileña de Estremera. Ahora, un juez de Arganda del Rey investiga a los siete funcionarios que la agredieron, dos de ellos mujeres.
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