Alberto tiene quince años y parálisis cerebral. Hace días se enteró de que no iba a ir de excursión con sus compañeros del colegio ourensano de Mende porque no había quien se encargara de él. Y Alberto, que tiene una discapacidad pero también sentimientos, se enfadó y le dijo a su padre: «Si no sirvo para ir de excursión, no sirvo para ir al colegio». Ayer, con la mochila colgada de su silla de ruedas, se plantó delante del autobús. Fue un envite por tener que quedarse en clase, como los alumnos castigados.
|
etiquetas: niño , orense , paralisis cerebral , excursión , colegio , alberto