Hay algo particularmente horrible cuando alguien recibe un disparo en la cabeza. Quizá sea por la espantosa imagen que se produce, por la destrucción del cerebro, por la clara intención de matar. El reciente atentado contra la congresista de Arizona Gabrielle Giffords es más espantoso aún por la ubicación de la devastadora lesión que sufrió. Traduccion:
www.rebelion.org/noticias/palestina_y_oriente_proximo/2011/1/disparos-