Den por seguro que esto no es una crítica de cine. En primer lugar, porque este conjunto sin pies ni cabeza de filmación NO ES CINE. Por favor, es como decirle a un irlandés que ha tomado Guiness toda su vida que la Rock Ice es cerveza: ni puerco punto de comparación. Lo que viene en las siguientes líneas es el desmembramiento sistemático de una putrefacción que muchos pagaron para ver en 3-D (si existe cualquier tipo de divinidad, que se compadezca de sus cerebros y de lo que les quedó de alma después de esto).
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