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Sexo para torpes... Amor para despistados

No somos un contenedor de hormonas (salvo en la adolescencia...); en la especie humana, gracias al cerebro moderno, el sexo y el erotismo, alcanzan una dimensión desconocida para el resto de mamíferos: no sólo son un elemento indispensable para la perpetuación de la especie, sino que desempeñan una función de relación social y además son un juego que contribuye de forma definitiva a la unidad de las parejas.

| etiquetas: sexo , amor , torpes , hormonas , parejas

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