A menudo escucho a mis amigos quejarse del tráfico que satura la ciudad: coches saltándose el semáforo en rojo o cometiendo otras imprudencias, estacionando en vados o directamente encima de la acera, etc. También oigo a otros amigos aficionados a la bicicleta despotricar de los coches, pero también de los peatones, que invaden su carril-bici (¿no dije antes que mis amigos peatones también dedican palabras poco cariñosas a los ciclistas, que no siguen las normas y pasan volando junto a ellos?).
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