Los tres servicios de inteligencia alemanes están pasando por una época difícil. Se presume que el Servicio Secreto (BND) no solo tenía conocimiento del programa de espionaje “Prism” sino que, además, utilizó los datos recogidos por este. Además, a la Oficina de Protección a la Constitución se la acusa de no haber investigado lo suficiente y de no haber actuado con la suficiente transparencia en el esclarecimiento de los crímenes cometidos por la célula neonazi NSU.
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