Martin Roosalu hizo el servicio militar cuando aún existía la Unión Soviética. Un día vio un anuncio en el periódico para alistarse en las fuerzas internacionales de pacificación y allá que se fue. Años después intentó alistarse en la Legión Extranjera francesa, pero lo rechazaron por su edad (entonces 33 años). Hoy, tras haber sido recolector de frutas y hortalizas en el levante español, se dedica a hacer castillos de arena en la viguesa playa de Samil, con Karina Fálagan de mecenas.
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