Ni las pirámides de Egipto, ni los velocirraptores, ni las estatuas de la Grecia clásica, ni la vestimenta de personajes de otras épocas (como los ninjas, los vikingos o los peregrinos del Mayflower), ni Jesús de Nazaret, ni el mismísimo Big Bang tuvieron, en su momento, el aspecto con el que solemos imaginarlos. Artículo en inglés bastante informativo y con abundante material gráfico (además de humor).
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