Imaginen la escena: un juez abrumado, la sala desbordada de curiosos y en el banquillo unos desconocidos llamados, por ejemplo, Cervantes, Jack London, Verlaine, Chester Himes, Jean Genet, Althusser, Álvaro Mutis, Gregory Corso o Jack Kerouac...
(...) La sala se va llenando, y el juez pide silencio, mientras sube al estrado el primer acusado, primus inter pares en todos los sentidos: Miguel de Cervantes, (1547-1616), encarcelado en dos ocasiones por supuesta estafa. ( Vía:
www.meneame.net/notame/871073 )