La petición de auxilio de la residencia de Vila Nova de Cerveira fue dramática. Con los 66 usuarios positivos, 32 empleados infectados, 10 en baja de larga duración y con solo 10 en servicio activo, el complejo luso se encuentra «ante una situación de calamidad», según explicó el gobierno local al formular el SOS transfronterizo. A día de ayer habían muerto seis residentes y otros tantos permanecían hospitalizados «en estado grave, pero estable».
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