Y a Mango, Carrefour, Eroski, Alcampo... En menos de 30 días se juegan la cuarta parte de su negocio anual y seríamos malévolos si no les echamos una mano. Ahora nos toca otra vez consumir. Esto no hay quien lo entienda. Primero nos acusan de derrochadores. Y ahora que nos hemos apretado el cinturón y que hemos hecho bandera del consumismo (con su mismo abrigo, con su mismo frigorífico, con su mismo coche...), ahora resulta que nos hemos pasado y que o volvemos a gastar, o se nos cae todo el chiringuito.
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