La mala relación entre los gatos y los ratones es cuestión de química. Los ratones pueden detectar proteínas específicas en la saliva de los gatos -también en la orina de las ratas- que les hace reaccionar con terror. No son los ojos, ni los colmillos ni el ruido: los ratones temen el olor de sus depredadores. La proteína en cuestión, cuyo efecto ha sido descubierto por científicos estadounidenses, se llama Mups y actúa en un órgano sensor especial de las células del ratón conocido como órgano vomeronasal. En castellano en
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