El Congreso de EEUU está explorando la posibilidad de que se apruebe una ley que prohíba al Gobierno federal establecer contratos o conciertos con empresas cuyos directivos ingresen más de 100 veces el salario promedio de los trabajadores de la empresa. En Gran Bretaña el secretario general de los sindicatos británicos, ha pedido al Gobierno que se establezca un máximo de ingresos para cualquier persona. Detrás de estas medidas se encuentra el profundo malestar de la población como manifiestan recientes encuestas de la OCDE.
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