Entre el 16 y el 18 de septiembre de 1982, milicias cristianas mataron a varios miles de palestinos y libaneses en Beirut, con la connivencia de Israel, que custodiaba estos campos y que incitaron a sus aliados en el Líbano, los falangistas cristianos, a tomar represalias contra los palestinos. Se torturaron, violaron y mataron entre 800 y 3.500 civiles palestinos y libaneses durante varios días.
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