El apego por lo material parece una cualidad intrínseca del ser humano. Sin embargo, hay animales que también pueden sentir una especial querencia hacia ciertos objetos, como es el caso de la nutria. Y es que este alargado y resbaladizo mamífero adora pasar las horas muertas manoseado una piedrecita y jugando con ella. Las nutrias eligen un día su guijarro favorito y lo guardan (dentro de un bolsillo interno de su cuerpo, además) como si de un tesoro se tratase durante el resto de sus vidas.
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