Este fenómeno podría ser la causa de gran número de envaramientos de ballenas. Los principales culpables son los grandes petroleros, que producen a su paso nada menos que 200 decibelios. A través del agua, el sonido puede viajar mayores distancias y mantener su intensidad de un modo imposible en el aire, con lo que sus efectos se agravan. Las desaladoras son otras instalaciones que deben ser vigiladas para evitar estas nefastas consecuencias.
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