Además de dejar el legado de sus papeles y actuaciones en el cine y el teatro, la actriz también se caracterizó por tener una fuerte personalidad. Tanto era así que pese a ser catalana de cuna, rechazó la Cruz de Sant Jordi que le otorgaron en 1994. La presentadora confesó cuales eran los motivos que la llevaron a tomar esta decisión: "Si no piensas como ellos, te consideran un mal catalán y, por tanto, creí que no era digna de este galardón", alegó en una entrevista a El País. La rechazaba porque se la dio "un corrupto"
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