Una de las normas es no alimentar a animales de la fauna urbana como gaviotas, palomas o gatos, bajo penas de 500 euros de multa. Los vecinos están también obligados a podar los céspedes al menos dos veces al año y mantener limpios los contenedores de basura. El año pasado hubo una enorme polémica por una plaga de ratas que tomó la Fontana di Trevi.
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