Un nuevo caso de brecha en la protección de datos golpea al gobierno británico. El Servicio de Insolvencia, que se encarga de vigilar los casos de empresas en bancarrota en Inglaterra y Gales, ha informado de que les han robado cuatro ordenadores portátiles. Tres de ellos no contenían ninguna información, pero en uno estaban guardados los datos personales de 122 directores de empresas consideradas insolventes, diferentes peticiones para declararse en bancarrota y datos de los acreedores y empleados de diferentes compañías.
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