- Voy un segundo a la farmacia y ahora vuelvo. Le dejo aquí las cosas. La usuaria bajó del taxi sólo con su monedero y marchó corriendo a la farmacia. Instantes después, desde las tripas de su bolso, comenzó a sonar un teléfono móvil. En cualquier otra circunstancia lo habría dejado estar, pero ya eran las nueve de la noche y aún me encontraba seco de anécdotas para este blog. Corroído por la ausencia de musas metí la mano en su bolso, saqué el teléfono y descolgué.
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