Es 2007. Soy varón, trabajo en la construcción, tengo treinta y algo y vivo en un pueblo de Valencia. Salgo de fiesta con un fajo de billetes en el bolsillo, porque tanta leña me puedo permitir quemar de lunes a domingo (liarla el fin de semana es para los pobres). Pago esta ronda y también la siguiente. Estoy muy arriba. ¿Cubata a 15 pavos? Bah, basurilla. Toma veinte guapa y quédate con la propina. Para mí que ya he ligado. He visto el modo en que me ha sonreído la tipa. Vaya subidón. En nada vuelvo al baño para atizarme otro tirito.
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