La lentitud de la Justicia española en los tres casos de presunta corrupción que afectan a Juan Carlos de Borbón y el limbo en el que están –en la Fiscalía desde hace más de un año, pero aún sin judicializar– han dado al rey emérito una oportunidad que no suelen tener otros defraudadores: la de regularizar. Lo hará solo por una de las tres causas que investiga la Fiscalía en España: la de las tarjetas opacas, que desveló elDiario.es.
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