En esos años, Juan Carlos ayudó a blanquear el régimen saudí con la distinción del toisón de oro, la mayor que otorga la Corona, o el apoyo a un centro interreligioso en Viena que aún da dolores de cabeza a España en la UE. Pero toda esa parte no puede ser investigada. Hasta que abdica en junio de 2014, el Rey es inviolable. Nadie puede ni preguntarle por eso. Al menos en España.
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