Compras un reloj que dice "Resistente al agua: 10m" y piensas que será suficiente para tus baños en la piscina, siempre que no excedas los 10m. Error: lo más seguro es que te quedes sin reloj. La medición que indican los relojes está calculada con la presión de una columna de agua de X metros sobre el reloj, ambos estáticos. Cualquier movimiento del reloj (p.ej., al nadar, la presión de introducir el reloj en el agua) se traduce fácilmente en una presión mayor. Así, un reloj resistente a 10m apenas aguanta salpicaduras o lluvia, pero no nadar.
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