La desinformación y la descoordinación que ha habido para gestionar este accidente ha sido bestial. No sabíamos cuándo íbamos a llegar a nuestro destino, no sabiamos qué teníamos que hacer, se prefirió hacer negocio cuando se anunció a los medios que se nos iba a alimentar como si tal cosa fuese digno de mención y no su obligación, nos dio muy poca comida y muy tarde... Por encima de todo, llegamos 10 horas y media más tarde de lo previsto, un retraso injustificable si se hubiese gestionado bien el accidente. Relacionada:
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