Cuando Sandra, de 49 años, vio publicado el nombre de Jesús Linares, el hermano que abusó de Alejandro Palomas y otros niños en La Salle Premià de Mar, tuvo una crisis de ansiedad. Estuvo dos días llorando. A Raquel R., de 45 años, también se le removió todo y se llenó de rabia al leer el reportaje en elDiario.es. A ambas la memoria las devolvió a su adolescencia a finales de los 80 y principios de los 90 en La Salle de Montcada i Reixac, una ciudad en la periferia de Barcelona, y a las largas tutorías en el despacho de este hermano y profesor.
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