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Regreso al oeste (1)...

Llovía fuerte pero al mismo tiempo una luz irremediablemente vencedora no se dejaba amilanar y traspasaba las gruesas gotas de agua como queriendo evaporarlas en el camino, antes de que llegasen al suelo. Pero… llegaban, y lo empapaban todo y de los tejados de la casa, los gallineros, las cuadras y el cobertizo caían, contundentes, chorros de agua que ya habían llenado las tinajas, los tiestos y las palanganas con las que la abuela sembraba los canalillos en los que, por fuerza, había de caer el agua en ausencia de canalones...

| etiquetas: regreso , oeste , tinajas , abuela

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