Generalmente, nadie presta atención a los besos que se prodiga una pareja durante un partido de beísbol de los Marineros de Seattle. Pero la semana pasada, una lesbiana presentó una queja porque, dijo, un acomodador en el estadio Safeco Field le pidió que dejara de besar a su pareja porque incomodaba a otros aficionados. El incidente ha tenido gran repercusión en la televisión, radio e internet locales, provocando una acalorada discusión sobre las muestras públicas de afecto en Seattle, una ciudad conocida por su aceptación de los gays.
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