Mañana y pasado mañana, ya lo veréis, todo el mundo se lamentará con lágrimas de cocodrilo del problema de la abstención. Y se oirá decir que una democracia con el grado de abstención que previsiblemente tendrá la nuestra, no es una democracia sana. Efectivamente. La prueba la tendremos pasado mañana: cuando tras jurar o prometer los cargos, todo el mundo se olvide de la abstención.(el café de ocata)
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