Como ciudadanos y demócratas nos avergüenza lo ocurrido en Paraguay. Pero nos avergüenza doblemente como cristianos. Mientras la mayor parte de estados de América Latina condenan el golpe, el Estado del Vaticano, y por lo tanto el papa, a través de su embajador en Paraguay, Mons. Eliseo Arrioti, ha sido el primero en reconocer a las nuevas autoridades. El mismo Sr. Franco, el nuevo presidente, dijo inmediatamente que había tenido el apoyo unánime de la Iglesia católica. Y una de sus primeras imágenes después del golpe fue su asistencia a misa
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