La cifra que gastamos en importar energía primaria -unos 45.000 M€ anuales- es similar a la que ingresamos por turismo al año -50.000 M€ año- y nuestro logro, ser el tercer país receptor de turismo del mundo se diluye a nivel macroeconómico por nuestra dependencia energética, un 30% más que la media de la Unión Europea. Para ser competitivos en la próxima década, la receta es sencilla: eficiencia energética y desarrollo de las energías renovables. La única elección posible está entre liderar ese cambio de modelo o esperar a que otros lo hagan
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