La receta de papel con la ilegible letra de los médicos tiene los días contados. A partir del próximo año bastará con presentar la tarjeta sanitaria en las farmacias para que el farmacéutico sepa qué medicamentos debe dispensar. Este sistema beneficiará sobre todo a los enfermos crónicos que no necesitarán acudir constantemente al centro de salud a buscar sus recetas.
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