Algunos rebeldes han prendido fuego a alimentos y medicinas y matado a trabajadores de ONG en Somalia, donde 3,7 millones de personas están hambrientas, en el marco de una campaña para extorsionar a las organizaciones de ayuda humanitaria, según un informe del Grupo de la ONU de Observación de Somalia y Eritrea. El informe pone de manifiesto una campaña de intimidación de las ONG que habría comenzado en 2008. La ONU y Estados Unidos culpan al grupo rebelde islamista Al Shabaab de haber agravado la crisis alimentaria en Somalia.
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